-
Arquitectos: MarcuzziArch
- Área: 178 m²
- Año: 2018
-
Fotografías:Gonzalo Viramonte
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Emplazada en la zona noroeste de Córdoba, el proyecto parte de un programa de vivienda unifamiliar en un terreno irregular en esquina con una sola medianera colindante y expuesto sobre la calle principal.
El objetivo fue generar un ambiente intimo, de privacidad para sus usuarios, que permita al mismo tiempo abrirse al barrio a través de una edificación expuesta, noble y atractiva, dada por el juego de un material propio de nuestra cultura: el ladrillo. Las cualidades de ligereza y resistencia de este material cerámico permitieron generar esta doble prestación entre lo privado y lo publico.
Esta piel generada por un traba particular, imponente y cálida, se mimetiza con su entorno generando espacios ciegos para protegerse de agentes climáticos y permeables a través del cribado, enfatizando las conexiones visuales de la terraza con su entorno: la Reserva Natural urbana San Martín al oeste y las vistas a la ciudad al noreste, conservando la privacidad a los usuarios.
La filosofía del proyecto fue generar un dialogo constante con el entorno en sus diferentes escalas: con el barrio y con la ciudad.
La estructura propuesta de la casa se asemeja a la de una caja/cueva, siendo el ladrillo de arcilla el protagonista. La estructura general está compuesta y encerrada por dos capas de muro de ladrillo.
El ladrillo cerámico común ha sido durante mucho tiempo un material local familiar y ampliamente utilizado en Córdoba, mediante un simple método de construcción manual.
Este volumen rectangular se plantea con orientación norte-sur, donde los espacios internos tienen apertura hacia el norte, aportando la iluminación natural necesaria y también asegurando que la vivienda seguirá siendo térmicamente confortable durante los cambios estacionales. El proyecto esta diseñado para futuras ampliaciones en planta alta.
Se genera un quiebre del volumen hacia el sur, sobre la calle principal, apareciendo el hormigón visto en este desplazamiento, ubicando en el interior espacios de servicio y circulaciones con la finalidad de ¨cámara aislante¨ de sonidos y privacidad. El resultado hacia el exterior es un un mural puro, ciego y con textura. La utilización del hormigón y el ladrillo generan un equilibrio formal de líneas simples y le dan un carácter de atemporalidad a la obra.
Se utilizaron aberturas con capacidad de aislación térmicas: paños acristalados con perfilería de aluminio y vidrios dobles.
Diseñando el diagrama espacial, el concepto de materialidad esta basado en una continua geometría en todo su exterior.
Luego de la exploración en el diseño paramétrico, definimos la coherencia y repetición de una traba constante que generan una piel cubriendo todo el exterior de la vivienda.
Partiendo del aparejo a ¨soga¨, en la segunda hilada se produce una rotación de cada ladrillo a 45 grados. Alternando las hiladas se fue generando la piel.
Uno de los objetivos principales de diseño era crear una vibración visual de la forma que lleve a una vibración sensorial de la atmósfera. En este concepto, la situación vivencial externa en relación con el proyecto es significativa para entender la forma.
Por ultimo el objetivo era desarrollar una simple técnica de traba irregular para poder ser ejecutada por cualquier constructor.
Los juegos de luces y sombras que se producen en la terraza es a través del cribado inspirado en la arquitectura tradicional de Argentina que se traduce en un lenguaje moderno de diseño. Permitiendo también una ventilación cruzada constante.
La objetivación del proceso de pensamiento y su construcción determinaron las diferentes sensaciones y cualidades de los espacios.